Me dí cuenta que hay cosas que me ponen de mal humor, no son demasiadas (creo) pero que las hay, las hay!
Para empezar detesto los asientos fríos de los colectivos a primer hora de la mañana.
Haciendo hincapié en "los colectivos" diré que también odio cuando el colectivero sigue frenando en las paradas a pesar de que no pueda entrar un fucking pasajero más. Osea, ¿qué necesidad de hacer tanta presión? "Un pasito más por favor" Uff flashea que somos sardinas o qué..
Continuando diré que detesto la gente que se hace la que va de frente, pero en cuanto girás en un ángulo de 180º: chau, perdiste. Te está sacando el cuero de tal forma que las orejas están en su punto de ebullición! Eso si, cuando pedís que sea frontal, al menos, se sentirá ofendida porque claaaro: es la guacha alfa sinceridad, no estabas enterada todavía?Pero poooor favoorr!
Odio pronfundamente a los floggers, o mejor dicho a sus atuendos: todos se hacen los "bien vestidos" y se creen "originales" por el solo hecho de combinar 5 colores en su atuendo. Osea, tenes 2 colores combinados nada más? Uff perdiste, no tenés estilo! Pero andaa, aprende a vestirte man.
Qué más? Los gatos, odio que llegue la hora de la cena y casi por instinto se les ocurra eliminar todos sus desperdicios orgánicos, justo ahí, cerca de donde vos vas a comer! ¿Qué onda? tienen un reloj biológico o qué? Encima esas piedritas asquerosas que hay que estar cambiando constantemente.. Puaj.
Otra cosa fundamental: me emputece cuando termino de pintarme las uñas y por hacerle un favor a alguien, o tan solo intentar agarrar algo, se me corren/marcan/arruinan! Esas cosas me incentivan a apostar a esmaltes de colores clásicos: via lactea, calcio, o esos tonos casi transparentes, porque para qué perder tanto tiempo con un bordó o púrpura si a los 15 minutos me lo tengo que estar sacando sgagdjhsdf!
Se me ocurre algo más, y creo que es lo que de peor humor me pone: el MACHISMO. Detesto desde lo más profundo de mi alma a los idiotas que se creen que son más por ser varoncitos. Gracias a nosotras existen. Tienen que agradecernos tanto.
En fin, me parece que soy un poco irritable.
Lo justo y necesario, si señor.
Para empezar detesto los asientos fríos de los colectivos a primer hora de la mañana.
Haciendo hincapié en "los colectivos" diré que también odio cuando el colectivero sigue frenando en las paradas a pesar de que no pueda entrar un fucking pasajero más. Osea, ¿qué necesidad de hacer tanta presión? "Un pasito más por favor" Uff flashea que somos sardinas o qué..
Continuando diré que detesto la gente que se hace la que va de frente, pero en cuanto girás en un ángulo de 180º: chau, perdiste. Te está sacando el cuero de tal forma que las orejas están en su punto de ebullición! Eso si, cuando pedís que sea frontal, al menos, se sentirá ofendida porque claaaro: es la guacha alfa sinceridad, no estabas enterada todavía?Pero poooor favoorr!
Odio pronfundamente a los floggers, o mejor dicho a sus atuendos: todos se hacen los "bien vestidos" y se creen "originales" por el solo hecho de combinar 5 colores en su atuendo. Osea, tenes 2 colores combinados nada más? Uff perdiste, no tenés estilo! Pero andaa, aprende a vestirte man.
Qué más? Los gatos, odio que llegue la hora de la cena y casi por instinto se les ocurra eliminar todos sus desperdicios orgánicos, justo ahí, cerca de donde vos vas a comer! ¿Qué onda? tienen un reloj biológico o qué? Encima esas piedritas asquerosas que hay que estar cambiando constantemente.. Puaj.
Otra cosa fundamental: me emputece cuando termino de pintarme las uñas y por hacerle un favor a alguien, o tan solo intentar agarrar algo, se me corren/marcan/arruinan! Esas cosas me incentivan a apostar a esmaltes de colores clásicos: via lactea, calcio, o esos tonos casi transparentes, porque para qué perder tanto tiempo con un bordó o púrpura si a los 15 minutos me lo tengo que estar sacando sgagdjhsdf!
Se me ocurre algo más, y creo que es lo que de peor humor me pone: el MACHISMO. Detesto desde lo más profundo de mi alma a los idiotas que se creen que son más por ser varoncitos. Gracias a nosotras existen. Tienen que agradecernos tanto.
En fin, me parece que soy un poco irritable.
Lo justo y necesario, si señor.