jueves, 29 de octubre de 2009

Blablaba.


Lágrimas a punto de estallar / Pañuelo a mano / Ojos húmedos / Explosión interna / Desborde / Cae la primera / Contornea mis mejillas hasta desvanecerse/ Momento de paz / Milésimas de segundos / Otra lágrima está naciendo / Le otorgo libre albedrío / Dejo que recorra mis mejillas a gusto / Nunca la seco .
Sé que en algún momento me voy a vaciar.

jueves, 1 de octubre de 2009

Je suis lâche.


Partamos de esta base: Toda elección implica resignar algo, por ende, conlleva angustia.



Por lo tanto, considero que cada elección nos enfrenta a dos opciones. Por un lado la opción más pretenciosa, consecuentemente más arriesgada; por el otro, aquella ambición más débil, pero posiblemente más segura.

Sin embargo, resignarse y elegir la más segura es sinónimo de c-o-b-a-r-d-í-a.



En cuanto a la angustia no todos la viven de igual manera. En algunos está más presente durante el proceso de elección, en otros menos.


En mi caso, siento que cada vez que tengo que hacer una elección importante me vuelvo de lo más vulnerable. Es ahí cuando la angustia, de saber que quizás estoy resignando felicidad, se triplica o cuatriplica (dependiendo de la elección que deba hacer).

Simplemente me paralizo.

Deseo que otro tome esa decisión por mi.

Por ende la sensibilidad cobra protagonismo, y yo simplemente no sé para donde ir.

Quiero salir corriendo. Irme a otro lado. Escaparle a ese momento.



En fin, ¿cobarde yo? Sí, un poco.